Wednesday, November 04, 2009

Mexicanos perdidos en Polonia




Regresé a México y me volví a ir a Polonia. Ahora, después de tanto viaje, por fin estoy en la tranquilidad del encierro, estudiando para un examen, del que si obtengo buenos resultados, los sueños se desgajan de manera exponencial, pero también me atormenta cada noche las pesadillas de no pasarlo con la calificación que quiero.


Polonia me fue familiar, los polacos son como los mexicanos, pero cuando digo esto no estoy exagerando: Son como los mexicanos: pueden ser tan adorables, calurosos a pesar del frío glacial de su país, muy religiosos, pero siento que también tienen algunas mismas malas costumbres... (que no diré aquí para no ventanear a nadie, pero siempre que platico la anécdota todos se ríen). La única diferenica es que están más güeros... y a mí se me hacen muy guapos. Cuando yo les decía a las polacas rubias, delgads y muy bonitas, que a mi me gusta cuanto polaco se me cruzaba por el camino (muchos de ellos podrían pasar como modelos, con cabello oscuro y ojos azulísimos) ellas me decían que esos estaban muy feos y que ellas se morían de ilusión por tener un hombre mexicano (y yo como chiste de Condorito: Plop!).


Las fotos son respectivamente de Varsovia en "La ciudad vieja" y de la Ciudad de México en "La plaza de las tres culturas", la diferencia es de mucha temperatura, y es el mismo mes del año. Esta es la razón por la que siempre desisto de la idea de vivir para siempre en Europa (Y digo para siempre sin exagerar, allá me van a dejar si acepto, si cedo).


Conocí a mexicanos muy talentosos, a polacos amabilísimos, ojalá a todos los vuelva a ver, en México o en Polonia, quien sabe, este mundo es tan pequeño. A propósito, aquí está el blog de Alejandro Ipatzi, tlaxcalteca, quien con unos ojos de poeta, de niño que descubre un mundo que inconscientemente ya conocía, describe de manera muy bella sus viajes por Polonia y por otros lugares.


Monday, September 28, 2009

El camino a casa

Pues resulta que en Alemania era defensora de perritos maltratados y por eso me pagaban (!!!)Conocí mejor todo el país y la gente. Fue un trabajo muy interesante y muy bonito, tal vez escriba un cuento sobre eso algún día. Toda una experiencia.
El último día en Alemania lo pasé en Colonia. Es una ciudad multicultural, como muchas ciudades grandes alemanas: con mucha vida, gente por todas partes. Tomé un autobús que me llevó a París y a las 7 de la mañana el día siguiente estábamos, una pareja de alemanes y yo, tomando un café en la plaza de la República, batallé tanto con las maletas y no pagué el tren, porque como siempre, los policías franceses no me dieron la información de donde estaban las máquinas que expiden boletos y las taquillas estaban cerradas. A medio día tomé el avión a México.
Cuando llegué a Atlanta Georgia por avión y pisé el aeropuerto, me dio gusto oler ese olor tan especial y característico de todo Estados Unidos: USA huele a desinfectante o a algo parecido, así como Alemania huele a salchicha dorada y queso cheddar :) y Francia huele a... humanidad (al mal humor de las personas). El aduanal me saludó muy amable y con una gran sonrisa, checó mi pasaporte: ya me sentía un poquito más cerca de casa.
Una vez en México, me pareció tan extraño volver a escuchar a la gente hablar español y mi hermano cuando me saludó me dijo que yo tenía un acento extraño... pero la verdad es que estaba muy cansada del viaje.

Saturday, July 18, 2009

Soy un personaje de novela

Iba a escribir que estoy en Ginebra Suiza y la verdad me la estoy pasando de lo lindo porque la gente es mas amable que en Paris, Francia. Estoy escribiendo desde un teclado aleman que no se donde tiene los acentos.
Me sorprendio mucho un comentario que lei en un post sobre Israel, me preguntaba Marcela Salas que si yo soy un personaje de la novela de la escritora Marcela Serrano :) Si, los personajes existen y estan vivos en alguna parte, uno siempre como escritor lo piensa pero no internaliza esta sitatuacion hasta que no escribe su propia biografia o a lo mejor uno recuenta su vida como si fuera la historia de otra persona, no se. Lo unico que lamento de no ser exactamente el personaje de Marcela Serrano, es que no me haya enamorado de un guerrillero oaxaqueno (pero casi).
Tambien algun dia fui un personaje de la novela "La emperatriz de Lavapies" de Jorge F. Hernandez.
Y cuantos otros personajes no quisiera ser en mi vida! La lista es tan extensa.

Sunday, May 03, 2009

Israel

Estoy en Tierra Santa. Bien podría poner una foto del norte de mi país y decir que es esta, partes es lo mismo, la única diferencia es que todos los letreros e indicaciones están escritos en hebreo y árabe, la única diferencia es que el campo mexicano está abandonado y que allá no hay beduinos con sus rebaños de ovejas.
La gente me pregunta que si se hablar hebreo, son amables, simpáticos y yo sólo sonrío. Las ciudades hasta ahora son tranquilas. El sol me ha tostado la piel de nuevo y volví a ver un mar azul.
Soy feliz y no se si irme, aunque en Alemania alguien me espera por un beso, alguien que me dice que no le importa si yo quiero quedarme pero que diga qué día regresaré. Aún no empiezo este peregrinar del que ya llevo toda mi vida: aún no veo Jerusalén. Me da tristeza ver tanta juventud con armas y uniformes, me da gusto que en realidad, de nuevo los medios exageran y parece que hay paz, me da tristeza que en mi país no exista la misma paz que aquí, ¡quien lo hubiera pensado!
No he visto cosas tan diferentes de las que veía en París, ¿o será que no salía del barrio Judío en Les Marrais o del Quartier Latin donde está la mezquitq? ¿O será que Medio Oriente empieza desde Europa, pasa por África y termina bien entrado en Asia?, ¿o será que los seres humanos todos tenemos de todo y por eso a veces nos son más familiares los países extranjeros que nuestras propias patrias? Por fin estoy conociendo la tierra de la que sólo sabía de haber leído los cuentos o la Biblia, una tierra que es igual a la del norte de mi país por eso me siento como si no hubiera salido de mi casa.

Wednesday, April 15, 2009

La máquina de vivir


Mi libro:




"En La máquina de vivir, Carmen Ávila se lanza en una profunda búsqueda de la voz que nombre mejor el cuerpo y sus emociones. En esta obra emprende una campaña sensorial armada en versos de sonoridad geográfica que se gozan en su música. Un poema de Paul Valéry da título a esta obra, finalista en el XIII Certamen de Poesía María del Villar de Navarra y mención honorífica en el Premio Nacional de Poesía Joven Francisco Cervantes Vidal 2008 en Querétaro."