Thursday, July 17, 2008

Re-soñar

1. Los ojos de Martín: destellaban entre la penumbra, brillantes, cafés, con ese toque oriental, yo acariciaba su mejilla y él me sonreía como siempre. La mayoría de las veces lo sueño así, que acaricio sus mejillas y él me acaricia al mismo tiempo, me mira tiernamente y me sonríe.
2. Dinamarca: ahora yo trabajaba ahí para alguna empresa, y no podía creer por qué había aceptado sabiendo que el clima no era lo más agradable en invierno. La vez anterior soñé que Martín y yo estábamos en Dinamarca y la ciudad era amarilla, con muchas iglesias y muy diferente.
He soñado también que en un país asiático utilizaban niños para la guerra, creo que yo andaba haciendo un reportaje, veía como ellos corrían entre los sembradíos con las armas en la mano mientras los perseguía un helicóptero. En otra ocasión soñé que yo estaba en el Tibet y que los soldados chinos mataban a muchos monjes, sus túnicas amarillas se teñían de rojo por el fango y la sangre. Buda, bajaba de las alturas, yo le decía que no fuera a donde estaban los monjes porque corría peligro: “Ese es el precio si se quiere ser hombre” y se iba feliz al sacrificio. Yo, que no soy budista, el sueño me inquietó mucho, me puso muy triste. Después volví a soñar que buda me volvía a hablar y me decía algo de la religión. A la mañana siguiente, lo raro que es la vida, se conectó al MSN un amigo que tenía años sin saber de él. Ahora es monje franciscano y le platiqué mi sueño y con su plática disipó algunas dudas. De todas formas, me gusta más soñar con Martín y Copenhague. Sobre todo tener a Martín en mis sueños me pone de buen humor todo el día.